Jamás habia visto aguas tan turquesas como estas. Es realmente impresionante con lo que uno puede encontrarse entre las montañas. Tímida y poco conocida, a los pies de la cordillera del Vilcanota, yace una hermosa laguna cuyas aguas son el reflejo de la riqueza que alberga este mágico y misterioso lugar. Un lugar que ciertamente dislumbrará a todo visitante con su belleza única y energía sinigual. Bienvenidos a la laguna Singrenacocha.
Índice del artículo
Laguna Singrenacocha
Singrenacocha o Sigrinanacocha proviene de dos vocablos quechua que significan "la laguna de la sirena." Esta se ubica en la cordillera del Vilcanota, entre los distritos de Ocongate y Marcapata en la provincia cusqueña de Quispicanchis a 4520 m.s.n.m.
La laguna posee 3,82 km de largo y 0,88 km de ancho en su parte más extendida. Su coloración especial se debe a los minerales que sus aguas posee. Asimismo, se dice que además del color turquesa intenso que se aprecia en estas imágenes, estas suelen cambiar a un tono plomiso y también a uno verdoso en lo que transcurre el año.
¿Cómo llegar?
Cusco – Tinke – Yanacancha
Para ello, primer es necesario dirigrinos hacia el paradero de buses que salen hacia Ocongate en la avenida Huayruropata. Estos carros recorren 115 kms hasta llegar al centro poblado de Tinke, a 9 km del centro poblado de Ocongate.
Posteriormente a ello, es necesario negociar una movilidad que vaya desde Tinke hacia el centro poblado de Yanacancha, de donde nace una carretera que nos llevará hasta la misma laguna Singrenacocha.
En nuestro caso, partimos de Cusco a las 3.30a.m. con destino hacia Yanacancha (a media hora de la comunidad de Ocongate) Hicimos una corta parada en Tinki, donde aprovechamos para desayunar, pues sabíamos que dificilmente encontraríamos alimentos en lo que restaba del camino.
Aguas turquesas
Tras unas cuatro horas en bus aproximadamente, llegamos a los alrededores del Singrenacocha. A la verdad, no me esperaba aguas de este color, no a tal intensidad. Además de ello, esta laguna también esta rodeada por hermosos nevados, los mismos que se reflejan en sus aguas cual espejo.
En ella aprovechamos para meditar en la belleza del lugar y llenarnos de su vibra única. Era imposible no tomarse fotos, pues todos queríamos captar en la medida de lo posible lo que en ese momento nuestros sentidos percibían.
Mas allá del Singrenacocha
La idea en un principio era de recorrer las lagunas que se encontraban por encima del Singrenacocha y conseguir dar la vuelta al nevado que se encontraba a nuestra izquierda, por lo que comenzamos con nuestra aventura.
Logramos dar con las dos primeras lagunas, cuya coloración a diferencia de las aguas del Singrenacocha eran blanquesinas debido a la cal que claramente se divisaba en terrenos por donde estas alguna vez habian transcurrido.
Sin embargo, a pesar de haber ya caminado un buen tramo cuesta arriba, ya se nos hacía tarde y el cielo empezaba a nublarse cayendo sobre nosotros nieve, lo que fue de alegría para todos nosotros, excepto porque ya era hora de volver.
De vuelta a Yanacancha
El camino de regreso fue mucho más duro y agotador que el primero, esto porque esta vez el auto nos esperaba en Yanacancha. Tuvimos que caminar gran tramo cuesta arriba y luego descender hacia el centro poblado.
Tras unas dos horas aproximadamente de camino, llegamos a Yanacancha. Allí nos encontramos a un muy amable poblador que nos cobraría la salida de nuestra visita, pues no pudo encontrarnos al ingreso. Tras una breve conversación con él, nos despedimos del hermoso Yanacancha y la cordillera del Vilcanota, moradas de la mágica Singrenacocha.
Letras finales
Es increíble la belleza que se esconde entre nuestras montañas. Una flora y fauna única, así como aguas turquesas y paisajes de ensueño. Además de ello, está por demás decir, muchas sonrisas y expresiones sinceras de gratitud por una visita singular, orgullosos de compartir lo nuestro.
¿Qué te pareció esta aventura? ¿te gustaría vivirla? ¿podemos ser de ayuda en ello? déjanoslo saber en los comentarios.
